Cásate y enamórate de un robot-Hablan, tienen orgasmos y 5 personalidades por sólo 10mil dólares (por Manuel Cosío)
En Cassette ya hemos hablado del desarrollo de robots que cada vez son más parecidos al hombre. Dado que eso parece una realidad que tarde o temprano llegará, esto genera todo tipo de posibilidades, entre ellas que se planteé la idea de que en un futuro exista amor y matrimonios entre hombres y máquinas, lo cual lógicamente también incluye hablar de aspectos de tecnología sexual que deben estar presentes en esos robots… porque de una u otra forma va en el paquete.
Estos temas están comenzando a tener gran importancia. Prueba de ello son artículos como Humanos casándose con Robots de David Levy, y ¿Puede amar a un robot…? de Vicki Larson.
La historia que hoy les compartimos trata sobre Scott Maclean, un hombre que era trabajador de la construcción en Estados Unidos que encontró el amor en una robot que él mismo diseñó.
Aunque la historia hasta aquí es bastante polémica, algo que le a dado un plus es que a partir de esto Scoot ha recibido pedidos de sus robots desde todas partes del mundo, y se ha convertido en el principal exponente de este fenómeno: hombres enamorados de robots.
Pero, ¿cuáles son las razones para casarse con un robot? Pues Maclean explica que:
“Uno de los beneficios de tener una pareja robot es que nunca te romperá el corazón. Ellas no se van, no tienen problemas emocionales. Además, que a diferencia de una muñeca inflable las robots cuentan con un sistema con cinco personalidades pre-programadas, duermen, tienen orgasmos y pueden hablar”, y pone el ejemplo de su creación número uno. “Roxxxy que pesa 27 kilos, está hecha de silicona hipoalergénica y tiene pelo humano. Además, es capaz de hablar, modificar sus estados de ánimo y gozar en la cama”.
Para los lectores interesados, el costo de los robots ronda los 10 mil dólares. Pueden seleccionar desde el color de sus ojos hasta el tamaño de sus senos. Las opciones de esposas robots son: “Frígida Farrah”, reservada y tímida; “Wendy descontrolada”, a quien le gusta salir y es aventurera; “Yoko joven”, “Martha madura”, entre otras.
Más allá de todo, este es un tema que no termina aquí. Como sea, nos hace cuestionarnos cantidad de cosas, como por ejemplo qué ocurrió en la vida y mente de una persona para que busqué el amor en una máquina. Hoy nos parece irreal. Pero tal vez esta sea en un futuro una situación de lo más normal y aceptada. El tiempo lo dirá.
En Cassette ya hemos hablado del desarrollo de robots que cada vez son más parecidos al hombre. Dado que eso parece una realidad que tarde o temprano llegará, esto genera todo tipo de posibilidades, entre ellas que se planteé la idea de que en un futuro exista amor y matrimonios entre hombres y máquinas, lo cual lógicamente también incluye hablar de aspectos de tecnología sexual que deben estar presentes en esos robots… porque de una u otra forma va en el paquete.
Estos temas están comenzando a tener gran importancia. Prueba de ello son artículos como Humanos casándose con Robots de David Levy, y ¿Puede amar a un robot…? de Vicki Larson.
La historia que hoy les compartimos trata sobre Scott Maclean, un hombre que era trabajador de la construcción en Estados Unidos que encontró el amor en una robot que él mismo diseñó.
Aunque la historia hasta aquí es bastante polémica, algo que le a dado un plus es que a partir de esto Scoot ha recibido pedidos de sus robots desde todas partes del mundo, y se ha convertido en el principal exponente de este fenómeno: hombres enamorados de robots.
Pero, ¿cuáles son las razones para casarse con un robot? Pues Maclean explica que:
“Uno de los beneficios de tener una pareja robot es que nunca te romperá el corazón. Ellas no se van, no tienen problemas emocionales. Además, que a diferencia de una muñeca inflable las robots cuentan con un sistema con cinco personalidades pre-programadas, duermen, tienen orgasmos y pueden hablar”, y pone el ejemplo de su creación número uno. “Roxxxy que pesa 27 kilos, está hecha de silicona hipoalergénica y tiene pelo humano. Además, es capaz de hablar, modificar sus estados de ánimo y gozar en la cama”.
Para los lectores interesados, el costo de los robots ronda los 10 mil dólares. Pueden seleccionar desde el color de sus ojos hasta el tamaño de sus senos. Las opciones de esposas robots son: “Frígida Farrah”, reservada y tímida; “Wendy descontrolada”, a quien le gusta salir y es aventurera; “Yoko joven”, “Martha madura”, entre otras.
Más allá de todo, este es un tema que no termina aquí. Como sea, nos hace cuestionarnos cantidad de cosas, como por ejemplo qué ocurrió en la vida y mente de una persona para que busqué el amor en una máquina. Hoy nos parece irreal. Pero tal vez esta sea en un futuro una situación de lo más normal y aceptada. El tiempo lo dirá.
