Princess Fruto-Hacele caso al bebé (por Angie Ferrero – name your price)
Es posible tocar el cielo con tan sólo subir a una hamaca. Quizás por eso las plazas, a veces parecen estar llenas de alas invisibles. Y en los días nublados, con un crayón amarillo, una habitación puede llenarse de luz. Basta con tomar una hoja en blanco y dibujar en ella un sol. También, es posible decir extraterrestre y que todos entiendan. Pero sólo algunos, pueden conocer los secretos y misterios de un entraterrestre. No son pocos los que aseguran que estas afirmaciones son ciertas e indiscutibles. Habrá que creer o reventar: los niños, siempre dicen la verdad. Por eso, cuando un niño habla, es importante escucharlo. Pero cuando un niño canta, el mundo entero se calla. Princess Fruto, cree en estas verdades. Quizás por eso su disco se llame “Hacele caso al bebé”. Música electrónica, guitarras, poesía y una niña que canta como protagonista.Una advertencia: al sonar el disco, es necesario saber que el hilo que une el mundo de la infancia con el mundo adulto, pertenece al mismo carretel. Hilo que creemos que se corta al crecer. Pero no señores: solamente se estira, se pone tenso, se afloja por momentos. Cuando el disco de Princess Fruto suena, es posible acariciar las canciones como si fuesen gatitos. También se puede ser un cazador, un esquimal y masticar cristal sin peligro de muerte.
Segunda advertencia: nosotros, los adultos que ya pasamos por tanto, que tenemos las botas manchadas con barro, que cruzamos tantos ríos en canoa y a nado, ¿somos capaces de escuchar esta verdad? Princess Fruto, con la voz de la niña que canta, asevera: cuando no tengo hambre/siento que soy inmortal. Y no hace falta pensar en vampiros para saber que eso es cierto. A veces, es necesario darle la mano a la fantasía para comprender las verdades más profundas de la realidad.
Quizás todo esto, se puede sintetizar, en otra verdad que nos revela Princess Fruto: pronto tendremos que volver/ a nuestras vidas pasadas/ y volar, volar como hadas. Es eso y sin advertencias, Hacele caso al bebé: nada como ser niños de nuevo, darle la mano a papá en la plaza y pedirle que por favor, empuje la hamaca. ¿Pueden recordar ahora sus alas? (por Angie Ferrero – Fugitiva de la Injusticia del Coronel Desaforado)