Balkumbia-Vol 2 Live! (por Nacho Aguilar – name your price)

Los Balkumbia irrumpen en el mundo con su irreverente alegría arrabalera, como para contarnos que las fronteras no existen, que el mundo ya es uno solo.

Con su música, la banda “migrante” Balkumbia brinda revelaciones en muchos sentidos. El primero y principal, es el de la conexión poco sospechada de los ritmos balcánicos y orientales con estilos de la música latinoamericana, como lo son la cumbia o el ska.
Su último disco, titulado “Volumen II”, maneja esa mixtura de manera más que equilibrada; tanto, que no se alcanza a notar la diferencia entre los elementos, los puntos en los que esas fronteras estilísticas son atravesadas. Si tuvieran que mezclar y armar una lista de canciones ¿pondrían ustedes a Celso Piña al lado de la No Smoking Orchesta? Posiblemente no. Bueno… Balkumbia concreta ese nivel de transgresión en su propia música, y lo hace muy bien.
La cumbia es como la pizza. Ya convertida en patrimonio de la humanidad, posee una receta diferente en cada país. Y, por ejemplo, es posible que si algún italiano viera como la cocinamos en Argentina, la desaprobara al instante. Pero cualquier argentino diría: “ese no es nuestro problema”.
Sucede lo mismo con la evolución de la cumbia a través del tiempo, con su viaje motorizado primero por Latinoamérica, y el mundo después, como podrán apreciar en esa producción que hoy les traigo.
“Volumen II” comienza con otro viaje de este ritmo, haciendo gala de la mutación que se dió en su paso por los Balcanes. El primer corte, “La Hora del Casino”, está cantado con un acento que se adivina no nativo del español, pero con el sabor y el calor contagioso del caribe intacto.
El disco continúa con el ska, y sigue con clásicos como la “Cumbia Sampuesana” de José Joaquín Bettin Martinez, para llegar a lo que parece una plegaria de Turquía, llamada “Agi Dragi”. Así de diversa esta producción.
Cuando se piensa en globalización, una de las primeras imágenes que se nos viene a la cabeza sea la de las grandes corporaciones dominando el mundo con sus mega barcos, atravesando océanos con manufacturas; o la de computadoras súper inteligentes que nos conectan con cualquier parte del mundo. Pero globalización también es la gente que se mueve de un lado para el otro, y compone, por ejemplo, los mejores experimentos musicales. Aunque aún sea más libre el dinero que la gente, como dice Galeano, el ímpetu viajero y migrante del humano no para. Algo de esto se expresa en la torre de Babel que es Balkumbia, con integrantes de Chile, Turquía, España, Colombia, Cataluña, Italia y Lituania; este conjunto radicado en Barcelona realiza, justamente, esta “fusión bailable de ritmos inmigrantes”, tal como explican a su disco recientemente dado a luz.
Si algún condimento faltaba en esta obra era el de la psicodelia peruana, y algo de eso tiene el quinto tema “Sabrosura Selvática”, que recuerda en muchos sentidos a la chicha.
Suena, aunque no suene, alguna tuba durante todo el disco, instrumento fundamental (otra revelación) de la música balcánica y de la banda mexicana, parecidos en su uso.
Para cerrar el disco y coronar la mezcla, algo del oriente europeo aparece con “Opa Opa” y “Albansky Cocet”, para que terminemos moviendo las caderas al estilo arábigo.
Algunos bonus, que también valen la pena, concluyen en esta interesante muestra de por dónde transitan las mixturas y los encuentros entre quienes están dando vueltas por el mundo (por Nacho Aguilar)

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