Lumtz-Península (por Claudia Santanera – name your price)

Lumtz crea con sonidos imágenes flotantes que despiden lectura doble, una atada a lo natural del Cerro Otto, Bariloche (Argentina), y otra que expresa recovecos interiores.

ESTÉS DONDE ESTÉS
Entre el paisaje y la mirada, Lumtz describe los relieves de un espacio íntimo y a la vez sin límites. Parece medir el tiempo a través de las distancias y las notas que conforman este escenario sobre el que desciende de manera tenue. Cada resonancia espera paciente su regreso para encontrar su propia forma y su potencia. No son postales sueltas de un lugar reconocido sino largas frases de una trayectoria donde la naturaleza deja pasar los días o se detiene en cada extremo del comienzo o del final de la nieve. Como un poema infinito que apenas roza la superficie de la tierra.
Así la imagen reflejada de uno mismo se va explicando frente a ese territorio que se confunde con el agua del deshielo, a un paso de la cima, cada vez más cerca de las estrellas. ¿Este lugar existe o es sólo una imagen que nos mira para vernos a través de ella? Aquí estamos, ante la pura claridad sonora del paisaje para respirar junto a los vientos que deja la intemperie.
No conocemos este sitio pero podemos pensar con el y dentro de el. Despertar y atender los asuntos del día. La realidad no es otra cosa que este comentario frágil de un hogar por descubrir. La ladera, el brillo de las hojas, la mirada que se pierde a través del humo de una taza.
El eco puede ser sólo un recuerdo o la voz que se desplaza entre las cavidades de la piedra. Algo inmenso vuelve a ser pequeño para explicar cómo son los tonos de un cerro en primavera cuando octubre es parte de la lluvia y barre todo lo que encuentra.
La lejanía llega a través de los anillos concéntricos del tiempo. La eternidad de la montaña se desgasta lentamente.
¿Quién no ha soñado el milagro de una prosa poética, musical, sin ritmo y sin rima, tan flexible y contrastada que pudiera adaptarse a los movimientos líricos del alma, a las ondulaciones de la ensoñación y a los sobresaltos de la conciencia? Se pregunta Baudelaire.
Los sonidos se deslizan y demoran ante los accidentes de la geografía, golpean blandos entre ellos, se detienen ante el abismo para dejarse caer. La ondulación es suave como la línea dibujada sobre el vidrio cuando está empañado. Se desvanecen las gotas y la forma del paisaje cambia, comienza a borrarse y ser otro dibujo. Un motivo para estar más cerca de un sitio inalcanzable llamado Península.
En “Península” cada una de las piezas se completa con la otra, y el trabajo de Lumtz adquiere el comportamiento de esta casi isla o media isla que se mueve y se transforma con el agua de la cual emerge. Mientras se inunda y se convierte en un espejo. De día y de noche. Siempre igual, nunca igual (por Claudia Santanera – Villa Allende, Córdoba, Argentina)

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