Boxie – Un robot amigable con cara de cartón graba documentales (por Manuel Cosío)
Un robot diseñado para ser dulce y lindo, características que le permitieran interactuar y conocer a la gente, fue diseñado en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), en el Media Lab, por Alexander Reben, investigador y director de documentales en ese espacio.
Su nombre es Boxie. Es un simpático robot con cubierta de cartón, que tiene una mirada linda que no representa “nada amenazante” y cuenta con unas orugas para desplazarse. Fue hecho para deambular e interactuar con las personas que se encuentra en su camino, al proyectar una imagen que despierte el interés y la empatía (con cierto parecido a WALL-E). Bajo la piel de cartón se encuentra el cerebro de Boxie, hecho con un arduino, cámaras analogías, acelerómetros, sensores infrarrojos, ultrasónicos y de tipo PIR, un procesador de voz, un altavoz y finalmente una antena wifi.
El pequeño robot busca que las personas se comprometan con él a ofrecerle ayuda, llevándolo a los alrededores, contándole historias, y mostrándole cosas, por medio de diálogos preestablecidos. Al mismo tiempo va grabando absolutamente todo, convirtiéndose así en una forma autómata de recoger relatos sobre su entorno, para plasmarlos en un documental.
Según Reben, a lo largo de sus experiencias ha recogido tanto buenas como malas anécdotas, justo como ocurre al conocer al nuevas personas en la vida real. Aquí una bastante curiosa:
Boxie: ¿Me puedes llevar a tu lugar favorito? Cuando estamos allí, pulse el botón verde.
Niño: Bienvenido al baúl de mi auto, vas a venir a casa conmigo.
Un robot diseñado para ser dulce y lindo, características que le permitieran interactuar y conocer a la gente, fue diseñado en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), en el Media Lab, por Alexander Reben, investigador y director de documentales en ese espacio.
Su nombre es Boxie. Es un simpático robot con cubierta de cartón, que tiene una mirada linda que no representa “nada amenazante” y cuenta con unas orugas para desplazarse. Fue hecho para deambular e interactuar con las personas que se encuentra en su camino, al proyectar una imagen que despierte el interés y la empatía (con cierto parecido a WALL-E). Bajo la piel de cartón se encuentra el cerebro de Boxie, hecho con un arduino, cámaras analogías, acelerómetros, sensores infrarrojos, ultrasónicos y de tipo PIR, un procesador de voz, un altavoz y finalmente una antena wifi.
El pequeño robot busca que las personas se comprometan con él a ofrecerle ayuda, llevándolo a los alrededores, contándole historias, y mostrándole cosas, por medio de diálogos preestablecidos. Al mismo tiempo va grabando absolutamente todo, convirtiéndose así en una forma autómata de recoger relatos sobre su entorno, para plasmarlos en un documental.
Según Reben, a lo largo de sus experiencias ha recogido tanto buenas como malas anécdotas, justo como ocurre al conocer al nuevas personas en la vida real. Aquí una bastante curiosa:
Boxie: ¿Me puedes llevar a tu lugar favorito? Cuando estamos allí, pulse el botón verde.
Niño: Bienvenido al baúl de mi auto, vas a venir a casa conmigo.
