The Scar Project–David Jay y sus cicatrices verdaderas (por Iohanna Küppers)
El fotógrafo de modas David Jay, conocido por su trabajo en revistas y marcas de todo el mundo, causó impacto con The SCAR Project, producción en la que retrató a más de 100 mujeres sobrevivientes del cáncer de mama, intentando crear conciencia sobre esta terrible enfermedad.
Luego de enterarse de que una de sus mejores amigas a los 32 años contrajo la afección, David dejó por un momento de lado los trabajos con modelos de revistas, para dedicarse de lleno a capturar fotográficamente los rastros que deja el cáncer de senos en las mujeres que lo superan.
Con imágenes impactantes, Jay nos muestra más que cicatrices. Refleja por medio de cada foto la fuerza y el carácter de estas mujeres que atravesaron por la enfermedad, lo intenso de lo que les tocó. Se ve en cada una de ellas la belleza y la nostalgia, en sus expresiones, en cada parte de su cuerpo. Las marcas que el cáncer ha dejado en ellas les otorgan una singular hermosura. Nos las hace ver como guerreras, sobrevivientes, con la vida a flor de piel.
Por otro lado, estas marcas son la prueba concreta de que ya nunca serán las mismas.
Un bello trabajo, tremendamente comprometido con la poesía de la vida.
El fotógrafo de modas David Jay, conocido por su trabajo en revistas y marcas de todo el mundo, causó impacto con The SCAR Project, producción en la que retrató a más de 100 mujeres sobrevivientes del cáncer de mama, intentando crear conciencia sobre esta terrible enfermedad.
Luego de enterarse de que una de sus mejores amigas a los 32 años contrajo la afección, David dejó por un momento de lado los trabajos con modelos de revistas, para dedicarse de lleno a capturar fotográficamente los rastros que deja el cáncer de senos en las mujeres que lo superan.
Con imágenes impactantes, Jay nos muestra más que cicatrices. Refleja por medio de cada foto la fuerza y el carácter de estas mujeres que atravesaron por la enfermedad, lo intenso de lo que les tocó. Se ve en cada una de ellas la belleza y la nostalgia, en sus expresiones, en cada parte de su cuerpo. Las marcas que el cáncer ha dejado en ellas les otorgan una singular hermosura. Nos las hace ver como guerreras, sobrevivientes, con la vida a flor de piel.
Por otro lado, estas marcas son la prueba concreta de que ya nunca serán las mismas.
Un bello trabajo, tremendamente comprometido con la poesía de la vida.
