Shushupe-Taricaya EP (por la Negra Sarabia aka La Walichera – Folcore Netlabel)
Ursula Talavera Ponce nació en Lima-Perú. Desde niña su interés por la música fue notable. Sus días transitaban en la búsqueda de casettes / cds familiares para encontrarse con variados universos musicales. Desde los Latin Brothers, Banda Blanca , Juan Luis Guerra hasta los Beatles, Jimy Hendrix, Pink Floyd y Led Zeppelin se extendía la experiencia.
La música no ha sido ni es su único camino. Estudió Ingeniería Forestal en la Universidad Nacional Agraria La Molina; eso le ha permitido viajar por distintas ciudades del Perú, desarrollando el gusto por las músicas populares que los habitantes de cada lugar escuchan, vivenciando y compartiendo.
Nos cuenta que en un viaje de estudio por la selva vio una serpiente muy grande enrollada encima de un tronco caído en el suelo y comenzó a gritar: una Boa. Los hombres del lugar que acompañaban el viaje conocidos como “Los materos” al verla, dijeron: es la Shushupe. Al regresar a Lima, esa palabra resonaba enigmáticamente en Ursula. Luego de investigar comprendió de lo peligrosa que era (la Shushupe es una de las serpientes más venenosas de la Amazonía peruana).
Sorprendida por semejante experiencia, compartió su anécdota con algunos amigos, y fue allí donde en juego se la bautizó como Shushupe. Así que entre risas y con acento selvático en cada encuentro redundaba “…Ten cuidado con la Shushupe que te va a picar y te va a meter el veneno…”
Comenzó como Dj seleccionando músicas, y entre sus preferidas siempre abundaba la cumbia. En su set se podía bailar desde la tradicional cumbia peruana, con artistas como Juaneco y su Combo, Los Destellos, Los Mirlos; pero también la colombiana, con nombres como Calixto Ochoa, Los Corraleros de Majagual, entre tantos. Aunque tampoco dejaba afuera la techno cumbia, como por ejemplo Rosy War, Euforia, Agua Marina, Armonia 10, Néctar. Siempre buscando diferentes sonoridades, así incluía a bandas de Latinoamérica como los argentinos Ráfaga, los bolivianos Los Rónisch, y grupos contemporáneos a esos años (Kaliente, Grupo 5 entre otros). Con el tiempo fue profundizando en la técnica de mezclar y adquiriendo diferentes equipamientos.
En noviembre de 2014 viaja a Puerto Maldonado para participar como voluntaria de la reserva ecológica Taricaya (476 hectáreas de naturaleza), reserva que posee una asociación civil sin fines de lucro dedicada a la investigación para la conservación y el manejo sustentable de los recursos naturales (apoyada por las comunidades locales).
Otra vez, invitada por la naturaleza fue donde comenzó en principio con la recopilación y grabación de sonidos de la fauna y floresta en su plena manifestación, para desencadenar en una segunda producción discográfica llamada “Taricaya”.
Este material nos invita a experienciar la selva a través de la música. Una exótica combinación tropical, selva y sonidos, para generar en quienes la escuchan una sensibilización, valoración y concientización sobre la importancia de la selva en el mundo.
Fue lanzado por el sello discográfico Folclore Records en este año. La gráfica fue realizada por la artista Andrea Barreda. Ha sido grabado, en gran parte, en la sala de ensayo del grupo Bareto con uno de sus integrantes el Rolo Gallardo (guitarrista), con quien comparte momentos de mágica creación.
Esta producción también cuenta con la participación como remixers de Punto Rojo, Tribilin Sound, Rodrigo Wangeman y Black Jocker.
Al darle play se encontrarán con 4 tracks instrumentales. En la eminente presencia rítmica cumbiera las melodías de guitarras psicodélicas nos llaman a entrar al misterio natural en donde samples y efectos nos envuelven en cierta circularidad que nos mece de aquí para allá, sin dejar que paremos de bailar.
La fusión de ritmos latinoamericanos con la electrónica la dan ese toque de contemporaneidad que Shushupe busca expresar.
Les dejamos para que escuchen y bajen “Taricaya”, y también su primer EP llamado “IndoCumbia”, llamativa fusión de música tradicional con sonidos de aves de Indonesia.
Shushupe nos invita a conectar con los secretos que la naturaleza tiene para enseñar: Amor, respeto y agradecimiento (por la Negra Sarabia – La Walichera)