Escenas-Gualajo-Memoria Sonora (por Michael Alfred Wagner aka Biomigrant – entrevista!)
A modo de homenaje tras su muerte, Michael Alfred Wagner nos comparte una entrevista que hizo hace tiempo a Gualajo, uno de los músicos de marimba más icónicos de Colombia. También Michael nos cuenta el puñado de ideas poderosas en las que se pudo adentrar en sus reuniones con el maestro.
Nacido sobre una marimba a finales de 1939 (pues allí le cortaron el cordón umbilical), el Maestro José Antonio Torres, mejor conocido como Gualajo, creció en una familia fuertemente musical en una vereda de Guapi, en el Pacífico de Colombia, aprendiendo de su papá, quien tocaba y construía instrumentos, junto con sus hermanos. Su destino iba a estar por siempre vinculado a este instrumento, el que volvió una herramienta pa’ ganarse la vida y compartir cultura, alegría, y paz.
Murió en mayo de este año, después de llevar una larga lucha contra la Leucemia, dejando una gran huella en la historia de la música Afrocolombiana. Fue un músico empírico que hablaba de la importancia del sistema de afinación “pensatonica”, en la cual el fabricante del instrumento afina según su oído, la tradición de sus antepasados, y la voz de la cantadora, sin seguir costumbres occidentales ni un afinador.
Salió de Guapi escapando a la presión del conflicto armado y siguiendo oportunidades musicales a la ciudad de Cali, donde el festival Petronio Álvarez ha amplificado la música de la costa de pacífico hacia los centros urbanos de Colombia y el mundo.
Gualajo era una gran figura en este proceso, reconocido como el máximo exponente de la marimba en el festival en los años 2005 y 2006, y recibiendo un homenaje allí en el 2009. Sabía a la vez como cuidar y perpetuar la tradición mientras construía puentes hacia el mundo exterior. Tocaba en su comunidad y enseñaba a la próxima generación (artistas como Hugo Candelario y Esteban Copete fueron alumnos suyos), daba giras internacionales con sus agrupaciones, y traducía la lógica interna de una música empírica a una forma que resultara más sencilla de comprender para la mente académica.
El protagonista en la música de la costa del pacífico, desde el sur de Colombia hasta el norte de Ecuador, es la marimba de chonta. La palma de chontaduro es un árbol que da dos frutos afrodisíacos, la propia fruta, con cual se hace un jugo bien sabroso, y la música caderosa que suena a través de sus maderas cuando son convertidas en tablas de marimba.
Diferente a las marimbas de Centroamérica o México, que llevan a que uno piense en una sinfónica europea, esa marimba te transporta directamente pa’ África. Aquí lo que suena es, según Gualajo, mar y selva, reflejando su territorio de origen en la costa tropical.
Cuando le visité hace un par de años en su casa en Cali, me mostró golpes específicos en el instrumento que representaban el sonido de las olas, el choque con las rocas de la costa, y el sonido del mar profundo. El ensamble de percusión que acompaña la marimba, el bombo, kununu, y guasá, también vienen de un pensamiento africano, traducido a la situación actual que encontró la diáspora llegando al Pacífico. Gualajo contaba sobre encuentros que tuvo con bandas africanas y de lo fácil que era conectar y tocar juntos, la marimba y el balafón reuniéndose como dos primos que no se han visto en un buen tiempo.
En la música, Gualajo desarrollaba toda una forma de pensar y vivir, desde el misticismo alrededor de la propia marimba y sus duendes (en la casa familiar está la famosa Marimba de los espíritus), hasta su lugar práctico en la cotidianeidad: me mostró un chigualo, ritmo específicamente destinado para los ritos fúnebres de un niño fallecido en el pacífico, parte de una ceremonia para dar paz al muerto y confortar a su familia.
Luego de su propia muerte, por todo el país sus familiares, alumnos, y admiradores se reunieron a tocar, bailar, y compartir, con la certeza de que por donde quiera que suene esa marimba recordaremos al Maestro Gualajo (por Michael Alfred Wagner aka Biomigrant)