Creatividad Circular-Las posibilidades que propicia la Cultura Libre (por Andrés Oddone)

Continuamos develando distintas obras artísticas que se desarrollan en una frontera que linda con la ilegalidad, y desmenuzando problemáticas con las que se encuentra la creatividad en un mundo controlado por las reglas de los derechos de autor.

“Quien recibe una idea de mí, recibe instrucción sin disminuir la mía; igual que quien enciende su vela con la mía, recibe luz sin que yo quede a oscuras” Thomas Jefferson

Desde ese momento en que las grandes empresas peleaban a capa y espada para que los usuarios no bajaran contenidos desde Internet de manera ilegal, han pasado pocos años pero mucha agua debajo del puente. Acorde a la velocidad que vivimos, impresiona todo lo que ha cambiado.
Lejos quedaron esos intentos vanos de las empresas impulsando a que la policía irrumpiera en casa de las personas para inspeccionar en sus computadoras y discos rígidos, como si en vez de clientes fuéramos terroristas.
Ahora, han encontrado mil maneras de sumarse a la tendencia, creando sus propias estructuras online de venta y streaming, poniendo todo su potencial de prensa, estrategia y marqueting para que los consumidores nos volvamos adictos a plataformas como Spotify o Netflix. Pasaron de ser brutos colosos peleando sin necesidad contra el mundo entero, a encontrar el tesoro al final del arcoíris: sus espacios hoy son lo cool. Supieron crear una combinación mortal en la que brindan la mentirosa ilusión de que dentro de estas estructuras “está todo”, y al mismo tiempo consiguieron resultar sexis, tanto para los usuarios como para los artistas. En México, si no tienes Spotify no eres nadie. Si eres músico y no estás en Spotify, no eres nadie.
¿Esto está mal? No, para nada. Pero supone algunos problemas.
Pero antes de adentrarnos en el asunto, les comparto el documental “Rip – A remix manifesto“, del director Brett Gaylor, que relata de forma muy amena todos estos temas.

Algunos de los problemas (en próximas entregas les contare sobre otros)

. No es real que dentro de estas plataformas esta todo, ni cerca, lo cual deja fuera del ojo del público un caudal importantísimo de nuestra cultura.
Justo en este momento en el que podríamos contar con el mar de lo producido en la historia con solo hacer un click, como mínimo resulta paradójico que accedamos a cultura solo por medios que nos muestran una punta ínfima del iceberg.
Podrán decir “eso a mí no me importa, solo escucho todo el día el último de Kendrick Lamar”, o “si no está en esas plataformas debe ser porque la gente no lo necesita”. Pero ¿les parece correcto y acertado que empresas manejen la calidad y cantidad de fluido cultural que consumimos? Como resultado comprobado de un proceso similar, podemos ver lo ocurrido con la televisión de aire, espacio que podría haber sido una ventana ideal para hacer llegar democráticamente contenidos nutritivos a los ciudadanos de los países, hoy transformada en amplificadora de productos basura gracias al tobogán descendente que resultó de la adaptación comercial de los canales y la falta de control de los estados.
Y ese es un punto fundamental a tratar ¿está bien que los estados se desinvolucren de la responsabilidad que lógicamente tienen sobre lo que consumimos y nos cultiva? En mi opinión, como mínimo deberían propiciar una posibilidad más amplia de acceso.

. Hablando específicamente de Spotify (con otros ocurre parecido), el algoritmo que manejan lleva siempre a lo que quieren que consumamos. Muy poco está pensado para que descubramos nuevos artistas. Es un medio manejado por las compañías, así que se imaginarán que el interés está puesto en nuestros bolsillos y en potenciar el material sostenido por las empresas que les pagan, no en acrecentar nuestra cultura.
. Y por último un tema que creo que es de los más preocupantes ¿qué pasa con todo este material que no está disponible en ninguna plataforma legal? ¿Lo podemos bajar, escuchar, leer, samplear? Ni de chiste. Si osan descargar para escuchar, ver o utilizar cualquier material protegido por derechos de autor, estarían cometiendo una infracción, por más de que se trate de una película o disco que jamás vaya a ser publicado legalmente en su país.
Como resultado de esto, sellos fundamentales de la historia de la música, como por ejemplo Motown Records, casa de artistas como The Jackson 5, Stevie Wonder, Marvin Gaye, The Marvelettes, The Supremes, The Temptations y Brenda Holloway, entre muchísimos otros más, tiene una parte muy pequeña de su catálogo disponible en servicios de escucha / descarga legal.

Personalmente, creo que es un hecho grave para los artistas de hoy, y finalmente para el público, que no podamos circular, samplear, manipular y hacer reverdecer esos materiales olvidados en cajones mohosos. Si la tiranía del Copyright hubiera tenido en los 80´as todas las herramientas que hoy tiene, tanto legales como tecnológicas, no existirían ni la mitad de los estilos musicales que hoy escuchamos en la radio.
Por suerte, de todas maneras existen artistas “piratas” que se saltean las leyes de Copyright. También otros que buscan la vuelta hasta dar con recovecos, lagunas legales en las que pueden nadar con soltura, como el uso legítimo o uso razonable (fair use, en inglés), dando lugar a obras únicas.
Les doy dos como ejemplo.

Kutiman – Thru You
Uno de ellos es el músico israelí Kutiman, especialmente por lo que desarrolló en su serie “Thru You” y “Thru You Too”, proyectos de vídeo y música online que contienen tracks compuestos mediante la edición y mezcla de fragmentos de diferentes videos de YouTube, que en un principio no estaban relacionados. Pero más fácil es que él mismo se los explique con su propia técnica, por medio de este video.

Esto cuenta Kutiman sobre el proceso que lo llevó a encontrar el concepto central en “Thru You”: “En un primer momento solo me centré en percusionistas, a partir de ahí pensé en la idea de Thru You. Entonces busqué algunos percusionistas en YouTube y toqué sobre sus bases. Un día, cuando iba a conectar mi guitarra, pensé que quizás podría encontrar otros músicos en YouTube para que tocaran con el percusionista…”
Así, reunió en cada track una gran banda de artistas prodigiosos, personas que no se conocían entre sí, que habían subido su material con diversas intensiones. Por ejemplo, en “Mother of All Funk Chords”, un solitario cantante de blues se mezcla con un guitarrista que en realidad grabó un tutorial para tocar funk, con una batería salida de alguna toma del pasado y un percusionista vaya a saber de qué país tropical, junto a varios más. Kutiman no graba sonidos adicionales.
¿La recompensa de todos estos músicos? incluye en su página todos los nombres de los artistas y los links de los videos originales. Además, lógicamente, de que pueden ver como su interpretación se vuelve parte de una genial pieza de arte colectiva. Y también cierta exposición, puesto que en solo 2 semanas de salido al mundo, “Thru You” ya había tenido más de 10 millones de visitas.
El trabajo de Kutiman es una buena muestra de cómo la creatividad explota en lugares difíciles de manejar, y como la inspiración en el trabajo de otros puedes resultar fundamental.
Les dejo algunos de sus sabrosos videos.




Danger Mouse – The Grey Album
En el año 2004, Brian Joseph Burton aka Danger Mouse lanzó “The Grey Album”, un disco que nació de un juego sencillo, pero que resultó de lo más controversial. En el ADN del álbum se fusionan rock con hip-hop, de hecho es considerado fundamental en lo que se ha publicado dentro de ese sub estilo. Todos los beats fueron creados con retazos de distintos tracks de “The White Album” de los Beatles, incluyendo también variedad de sonidos propios, especialmente en lo rítmico, y arriba de esas bases aplicó capellas del disco “The Black Album” de Jay-Z.
Danger Mouse lanzó una tirada limitada de 3000 copias, sin contar con ningún tipo de autorización de los propietarios tanto de los derechos de edición como de autoría de las canciones originales.
En muy poco tiempo “The Grey Album” resultó un éxito. Fue especialmente alabado por medios de prensa importantes, lo cual llamó la atención de EMI, que en ese momento era el dueño de los derechos de las canciones de The Beatles, que pidió que sea retirado del mercado.
Como protesta, el 24 de febrero del 2004 el grupo de activistas de la música Downhill Battle respondió organizando y coordinando el “Grey Tuesday”, 24 hs en las que diversos espacios WEB dieron la posibilidad a los usuarios de que bajaran “The Grey Album” desde 170 espacios de hosting. Como resultado, en solo un día llegaron a ser bajadas más de 100 mil copias del disco, con tal nivel de viralidad que al día de la fecha sería imposible lograr que desaparezca de Internet.
“The Grey Album” involucra mucho más que el juego “negro sobre blanco”, también propone claramente una conciliación del tipo racial. Debajo lo podrán encontrar.
Estos son solo dos ejemplos de la riqueza cultural que florece a la izquierda de la industria (por Andrés Oddone)

Suscripción a Newsletter

Por favor desactiva tu AdBlock para navegar en K7BLOG