San Ignacio-Paisajes, Personas, Poemas and Meriendas (por Andrés Oddone – track free DL Exclusivo Cassette!)
La música del terruño argentino se mira en un espejo distorsionado de ceros y unos, para recibir de vuelta una imagen mutante que hace foco en los sentimientos.
Sea como sea, se festeja de sobremanera la vuelta a las grandes marquesinas del costado más climático y lento de la música electrónica.
Lógicamente, hay de todo en el mar de artistas que están jugueteando dentro de ese campo que llaman downtempo, con diversos niveles de logro y calidad. Pero ese BPM leve, sumado a que generalmente se desarrolla dentro de sub estilos que proponen espacios liberados a la experimentación, ha dado lugar a que surja un gran crisol de obras que se alinean a otras bien interesantes producidas por artistas del pasado.
Lo más misterioso de esto, es que muchos de esos músicos de hoy desconocen el antecedente marcado por sus familiares de ayer. Pero igualmente, el círculo del tiempo se cierra. Así que, de alguna forma, las producciones de Chancha Vía Circuito hacen eco de lo que publicó en su momento Dead Can Dance; las de Nicola Cruz y Matanza ponen un bombo house a ese espíritu despojado que dejó vibrando en la tierra Atahualpa Yupanqui; y muchos momentos de la música de El Búho recuerdan a lo de varios artistas que esculpían con texturas en la época del IDM.
Y ni hablar que estos artistas que realizan fusiones con expresiones extraídas del ámbito de lo folclórico, sin darse cuenta, dibujan una nueva versión de lo realizado por escenas de otro tiempo. Podemos pensar en los 70´as, cuando el gran Holger Czukay desplegaba su muestreo experimental y cinematográfico del mundo. En los 80´as, con sellos como ECM Records y la obra de artistas como Egberto Gismonti, Keith Jarrett, Jan Garbarek y Glen Velez; o 4AD con los invaluables discos de la mega banda This Mortal Coil y la necesaria reflexión zonal de Le Mystère Des Voix Bulgares. O en los 90´s, toda la revalorización world music del ambient house en las manos de Material (tremendo ese momento en que Bill Laswell actualizó su proyecto más dance con “Hallucination Engine”), la mirada occidental a la amplitud multinacional de Transglobal Underground, la pegada comercial de Deep Forest con su global pop (Eric Mouquet y Michel Sanchez todavía deben vivir de los derechos de reproducción de “Sweet Lullaby”), entre tantos otros.
En Argentina, con sus lógicas diferencias, el trabajo que está realizando Fértil Discos y la tribu de músicos que gira alrededor de la folktronica y el organic house, hace recordar al impulso que dieron en su momento otros artistas dedicados a revalorizar lenguajes que son de esa parte de Sudamérica, como por ejemplo Dino Saluzzi, o el análisis musicológico profundo de Leda Valladares, de la que de hecho Fértil viene publicando versiones de canciones de ella y su entorno, realizadas por referentes de la nueva escena.
De ese marco surge San Ignacio, proyecto con un lenguaje más que particular, que en su nueva producción, titulada “Paisajes, Personas, Poemas and Meriendas”, se toca con diversos extremos de la folktronica, sin caer en las trampas y convenciones del estilo.
En el EP, el proyecto se asume libre, señado más por la experimentación que surge del contacto sensual con la vibración del sonido, que con especulaciones del tipo estilísticas.
San Ignacio sin dudas pertenece a esa escena, lo folclórico participa de su lenguaje; pero si tengo que nombrar los acentos de lo suyo, seguramente me iría más por marcar la abstracción, lo mutante, el desprejuicio, el juego, lo onírico.
A diferencia de lo que habitualmente encontramos en lo experimental, en su música lo referido a las emociones, lo sentimental, cumple un rol importante que resulta tan errático como desgarrado, pero también indefinible. De a momentos sus melodías evocan el llanto leve de un estoico poeta abandonado que se visualiza igualmente en una imagen surrealista, como el de un Paul Éluard abandonado por su Gala para terminar siendo la musa de su amigo pintor. Pero luego ese delirio romántico desaparece, y los sentimientos toman un color completamente distinto por medio de los textos que incluye en las canciones, también abiertos y erráticos, pero con una contundencia extraña que alcanza una emoción clara: cuando uno consigue interpretar ese decir, comprende que los sentimientos contenidos en la música de San Ignacio hablan de un dolor que es bien conocido por todos, el de la simple y compleja existencia, el del sinsentido del vivir, el golpeteo mental quejumbroso de los seres perdidos en las ciudades en su soledad.
Finalmente, la sucesión de canciones deja un sabor distinto en la boca, porque esa tristeza siempre latente, en la totalidad se torna esperanza: todavía podemos todo, la risa está al alcance de la mano; la vuelta a la raíces, al pasado, nos puede brindar una respuesta buena y viable.
Al final, toda esa mutación que ha ocurrido en la world music de forma natural, de a poco va adquiriendo mayor carga discursiva e incrementa su contenido. Esa vuelta sutil del tiempo va tomando la riqueza que solo puede propiciar la conciencia ¿Será que estos músicos van logrando reconocerse entre medio de los reflejos?
“Paisajes, Personas, Poemas and Meriendas” fue mezclado en Nogal Estudio por Jerónimo Escajal, masterizado por Alejo Waller, y contó con colaboraciones de Eri Turnes Amadeo y Pablo Carpignano aka Don Plok.
Muy gentilmente San Ignacio nos ha entregado en exclusivo el track “Susy” para que nuestros lectores lo puedan descargar de manera gratuita. Y también les compartimos el EP completo, que se puede descargar por muy poco dinero desde Bandcamp (por Andrés Oddone)