Biomigrant-Las Américas (por Andrés Oddone – Frente Bolivarista)
Los diversos viajes de Michael Alfred Wagner aka Biomigrant se ven representados en 9 tracks que proponen un planteo sonoro multinacional.
Normalmente trato de no hablar en primera persona sobre la música, porque finalmente las apreciaciones personales están siempre teñidas de conceptos tan traicioneros y caprichosos como el gusto, ideas sueltas que al final no tienen demasiado asidero y que normalmente el tiempo llega a modificar hasta la raíz. Pero hoy me voy a dar licencia para hacerlo sobre “Las Américas”, el que es el nuevo álbum de Michael Alfred Wagner aka Biomigrant, porque me ha tocado aunque sea un poquito ver el centro desde el cual surge su hacer, y creo que ese centro es lo más importante de ser contado.
Él es un artista de Estados Unidos que hace tiempo vive en Colombia empapándose de la enorme diversidad musical de ese país. Lejos de lo que ocurre hoy con gran parte del mundo de la folktrónica y el organic house, en el que los artistas toman sin demasiados miramientos diversos hilos culturales para reeditarlos en nuevos remixes o edits que funcionan bien en la pista de baile (sí, como notarán, eso es algo que me genera sensaciones encontradas), Michael es un músico viajero que toma caminos buscando realmente encontrarse con las personas, con las culturas, con los decires; al punto que ha convivido de primera mano con comunidades que atesoran a grande maestros de la marimba, de los estilos folclóricos de Colombia. Pero más allá de su forma de convivencia con la gente en ese país, se ve que para Michael eso ya es modo natural, porque con el mismo cuidado llegó a encontrarse con distintas gentes en México, recogiendo también allí retazos culturales, y principalmente vivencias.
Entonces, si, “Las Américas” es un disco que podemos enmarcar dentro de la folktronica / organic huose, pero que está compuesto desde los viajes, los encuentros, las emociones y las sorpresas que Michael encontró en sus recorridos. Esto me parece muy importante remarcarlo, porque en medio de la gran moda world music / esotérica / mística de hoy, escena que me ha tocado ver nacer, crecer y evolucionar desde adentro, no es tan común encontrar personas que hablen desde la verdad personal, que realmente estén interesadas en los colores que el mundo tiene al punto de comprometerse con los que son sus poseedores principales y originarios.
En medio de las asperezas profundas, la fricción que se da entre culturas en el mundo globalizado, discos como “Las Américas” siguen en un modo que recuerda a los viejos antropólogos musicales de principios de siglo 20, los que supieron indagar en la historia desde el plano de la aventura, llegando a parajes distantes para encontrar y experimentar algunas verdades de primera mano para luego interpretarlas y transformarlas desde una óptica lógica, la de la diferencia cultural, generacional y de nacionalidad. Porque tampoco es que entre las piezas de “Las Américas” van a encontrar emulaciones exactas de los estilos que Michael encontró en sus viajes, sino que ese crisol funcionó como lugar desde el cual luego este artista tomó samples e inspiración para crear piezas que definitivamente pertenecen al hoy, que hacen referencia a mil lugares sin apuntar de lleno a ninguno, en esa lógica que tiene más que ver con la manipulación digital y el mar de información en las redes, con la velocidad tecnológica.
Aún así, se ve que para Michael el centro “espiritual” es uno que sirve como piedra fundamental, cosa que claramente pueden leer en el texto que acompaña la edición:
“Carnavales callejeros en el pacifico Colombiano..
Rezos para la lluvia en México central.
Versos de resistencia africana en el Caribe.
Memorias sonoras de un oasis en Baja California.
Una caminata introspectiva, perdida en la selva de la Sierra Nevada.
Los colores ya gastados de un picó, y el sabor de persistente de palm wine.
Una reafirmación personal de la lucha para aprender y crecer.
Y la remembranza colectiva de nuestra historia fragmentada.
Las Américas es una colección de historias, contando a través del sonido más que las palabras; un collage de grabaciones de campo, instrumentación original, y beats meticulosamente construidos, explorando la belleza, dolor, contradicciones, y alegría de la vida cotidiana en el continente americano” (por Andrés Oddone)