El otro día descubrí una cumbia argentina de la generación post Wachiturros que se me pegó. Me dejó tarareando una melodía y letra bien pegajosas. La anécdota graciosa viene a continuación.
Resulta que cuando vi por primera vez el videoclip, me encontré con esta versión en la que aparecen unas chicas que lucen muy bien, pero que al lado de otros vídeos de cumbia se quedan a mitad de camino:
Lo chistoso fue que cuando se lo mostré a mis amigos el video era exactamente el mismo… pero con otras chicas, las cuales, que en lenguaje callejero argentino se podrían denominar “altos gatos”. Son esas cosas que a uno le hacen preguntar, ¿y por qué ese cambio?. Será que el productor dijo “¡nosotros no podemos tener turras menos gato que los Wachiturros!”… eso es lo que yo me imagino. En fin, aquí está el resultado. El video es tan idéntico, que es como si simplemente a las chicas las hubieran reemplazado digitalmente:
Al margen de este dato chistoso, están los comentarios de la gente. Ese es otro viaje aparte. ¡Le tiran una catarata infernal de mala onda! Este es uno de los comentarios destacados más fuertecitos:
“Delincuente de mierda, vos sos el que me robo la bici a la vuelta del chino, que hijo de puta, que mierda queres mi bici si te metes a mansiones así y podes robarte un mercedes o algo, sarnoso de mierda, la próxima que te vea te reviento la cabeza a cascotazos hijo de mil puta, ¿te pensas que me gusta caminar 20 km del laburo hasta mi casa? te cruzo y te prendo fuego negro, a vos y a todos tus familiares”
¿Será que El Villano alterna la música con actos delictivos en sus ratos libres? Esperemos que no. Pero aún si es así, ojalá que éste encuentre en la música un canal para ser feliz.
Otros hacen comentarios más épicos, como:
“¡La derrota cultural ha llegado!!!”
Lo cierto es que la música de baile no suele decir muchas cosas, y por lo general apela con gran efectividad a los instintos más primitivos del ser humano. Quizás sea que el ritual del baile es un impulso tan primario y animal como el sexo, y por esa razón encuentra una resonancia perfecta con este tipo de líricas ¿no?