Paneles solares hechos con pasto (Por Iohanna Küppers)
El mayor problema de los paneles fotovoltaicos más conocidos, es su alto costo. Con el tiempo se ha hecho más común su implementación en distintas construcciones, pero igual sigue siendo poco accesible para la mayoría de la gente. Por otro lado, por más de que éstos tienen una vida útil bastante prolongada, en su construcción, no son del todo ecológicos ni sustentables, ya que para fabricarlos se utiliza petróleo, recurso que sabemos se está agotando.
Hace un tiempo, el investigador del MIT Andreas Mershin, presentó una técnica por la que se aprovechan los residuos orgánicos de poda y jardinería para fabricar paneles solares. Hace ocho años, el investigador y director asociado del MIT para la Ingeniería Biomédica, Shuguang Zhang, iniciaba esta investigación, que retomó Andreas para poder comenzar a implementarla.
Mershin creó un pequeño bosque de óxido de zinc, dióxido de titanio esponjoso y restos de especies vegetales.
Así, con materiales muy económicos y fáciles de obtener, el plan es que esta forma de energía sea más accesible para varios sectores de la sociedad, que hasta ahora no han podido adquirirla.
“Se puede usar cualquier cosa verde, inclusive la hierba cortada”, como materia prima. Lo único que uno tiene que encargar son los químicos para estabilizar las moléculas PS-I (las estructuras internas de las células vegetales que realizan la fotosíntesis). Con estos ingredientes mezclados, se crea un sustrato que genera la corriente eléctrica cuando se expone a la luz.
De esta manera, siguiendo las simples instrucciones que vendrían en el paquete de los químicos, uno mismo podría crear su propio panel solar.