Good Copy Bad Copy – Documental sobre Copyright (Por Iohanna Küppers y Andrés Oddone, con video gentileza de Anibal Estrella)

Tan sólo un día después de la protesta, ante la posible aprobación de la Ley SOPA en EE.UU., en la que más de 60.000 páginas web dejaron de funcionar simultáneamente, el FBI dio de baja al conocidísimo sitio de descarga directa Megaupload, a la par de los sitios Megaporn y Megavideo, culpando y llevando presos a responsables de la compañía por presunta violación del copyright y piratería en Internet. Hace unos meses, al sitio Taringa les pasó algo parecido. A diferencia del caso Megaupload, los que hacen Taringa pudieron continuar con su sitio tras modificar la forma en la que se “presentan” los documentos que se comparten: ahora, los usuarios son responsables por el uso o difusión del diverso material que se encuentra en Taringa. Pareciera que la información a la que tenemos acceso gracias a esta gran red que es Internet, poco a poco intenta ser acotada por las grandes empresas, liderando una gran campaña de persecución, en la cual los gobiernos de los países son simples operarios que activan leyes y represiones a favor de estos grandes intereses privados, diciendo que todo es en nombre de los derechos de los autores (¡que parecido al discurso en el cual supuestamente Estados Unidos nos defiende de los temibles terroristas!). En general, la idea de estas mega corporaciones es revertir la situación actual, en la cual los usuarios se han vuelto creadores, modificadores… en definitiva, presas difíciles de capturar, para volver al viejo modelo, en el cual los internautas eran meros captadores de la información, de la manera tal cual se la presentaban. En definitiva, a la época en que los internautas no manejaban nada, cuando eran simples posibles compradores. Resulta que, entre otras causas, la cantidad de dinero que supuestamente pierden los propietarios de los derechos de autor al ser compartidos estos materiales de manera libre y desregulada por algún organismo recaudador, es muchísima. Por ejemplo, volviendo al caso Megaupload, acusan a los responsables de la empresa de la pérdida de más de 500 millones de dólares. Lo cual genera muchas variables a tener en cuenta. Entre ellas: todo usuario que baja un disco, de no haberlo podido conseguir de manera gratuita ¿lo hubiera comprado?. Por que finalmente en eso se basa esa medida de “perdida”. En lo que supuestamente se arrebató de las manos a estas empresas. Y esta actitud altamente “moral” de las empresas, ocurre con el apoyo total de los estados (¡otras grandes entidades morales!), preocupados en extremo por la situación económica de los creadores, dueños de los derechos :D. Una cosa importantísima que todas estas estructuras dejan de lado, es el “bien cultural” como entidad a la cual todos debemos alimentar, la cual merece atención y respeto, desde diversos puntos, y con distintas razones súper importantes. Una manera de pensar en eso, podría ser plantear la siguiente hipótesis ¿cuanto del arte actual fue creado en gran parte gracias a los conocimientos adquiridos por los creadores mediante el material descargado de la red? ¿Cuanta cultura de hoy cuenta con eso como base? Suponiendo que eso ocurra, que ese margen sea importante, ahora pensemos en la cantidad de esa obra de arte que ha generado distintas innovaciones, que luego han sido reutilizadas por las empresas como nuevos objetos de venta. No por casualidad gran parte de las universidades importantes del mundo cuentan con laboratorios de artes en tecnología. Es por que de allí ha surgido mucho de lo que hoy utilizamos día a día. Finalmente, la libertad de información e intercambio en la red, también ha beneficiado de mil maneras a estas mismas empresas. ¿Y cómo funciona el copyright – o derecho de autor -? En realidad derecho de autor y copyright son dos conceptos muy ligados, pero que difieren en un punto. El primero, creado en Francia y Alemania, protege al autor de determinada obra. Éste reconoce que la obra es expresión de la persona que la creó. El filósofo alemán Kant decía que “una obra de arte no puede separarse de su autor”. Por otro lado, el copyright (derecho de copia), generado en Estados Unidos, apunta directamente a la obra. Sin tener en cuenta al autor de la obra como tal, lo que pretende es determinar la manera en que la obra se debe utilizar. En un principio, hacia el año 1970, el copyright sólo protegía mapas, cartas de navegación y libros. Así, el autor de alguno de estos materiales, tenía el derecho exclusivo de hacer la publicación de su producción. Además, este derecho solo protegía a la obra en si, sin tener en cuenta una adaptación o reinterpretación de la misma. Luego de la Convención de Berna en 1886, casi todas las obras tienen protección durante la vida del autor, y 70 a 90 años después de su muerte. Para poder entender bien cómo funciona esta ley, les compartimos Good Copy Bad Copy.

Good Copy, Bad Copy. Subtitulado en Español from procomun.cc on Vimeo.

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