Crónica de un viaje subacuático por TRImarchi 2014 (Por Julián Schenini aka CHARCO)

Hace días atrás, cuando se dio la noticia-por suerte-, de que estábamos prontos al TMDG, resurgió un flotar de alegría e incertidumbre. Entonces en Cassette resolvimos pasar por donde las cosas pasan, y esto fue lo que pasó.
Probablemente al estilo de un cronista responsable me gustaría decir que estaba parado en la puerta del estadio dónde el evento se llevaría a cabo, pero no, lejos de eso. Llegué al día uno del TMDG a eso de las 13:00hs (3 horas tarde), lo que habla de lo disperso de mis ideas y falta de voluntad de temprano despertarme. En fin, ahí estaba.
Lo bueno de llegar a la hora del almuerzo es que el mismo te estará esperando en un carro de comida cerca, sólo hace falta oler. Una vez que el estómago lleno y corazón contento me dispuse a retirar la acreditación de prensa, un trámite habitual. Entonces lo lejos diviso el letrero donde indicaba dónde retirar la certificación, sólo que para mi sorpresa quien se encargaba de prensa no era una tímida administrativa con una planilla, era ni más ni menos que Cucho, uno de los Army Of Dub, una de las caras del Dub en Argentina. Cuando te recibe la música, música fluye luego. Pilas de fanzines, cd´s, calcomanías y bocha de cosas buenas en una mesa donde se comentó cómo correrían los próximos días.
Luego de saludar la primavera ENTRAMOS.




Ahí comprendí lo acertado que estaba escribiendo sobre un evento en el medio del mismo. Viviéndolo.

Amaneció el día dos y la expectativa se cobró mi calma, pura ansiedad.
Ahí estaba, lo mismo, pero sin acreditación. Una comida antes de entrar y más primavera de redor. Entré y me llevé un saludo amistoso de una genial diseñadora, la mismísima Juliana Prisma la cual recibió una mención en el libro “La Letra Dibujada”. Luego de largo rato en charla arreglamos un tatuaje para mí, el cual comenzaría en ese instante.
Ya vivía la idea de Bob Gill sobre ser parte de un acontecimiento. Estaba en proceso de portar diseño, ahora en forma de tatuaje. Es gracioso que te tatúen en semejante evento, puesto que te sacarán muchíiisimas fotos. No es tarea para fotofóbicos.

Con mi brazo supurando sangre y tinta, fui de paseo entre los recovecos del estadio para terminar en el motivo de mi ansiedad. Estaba por hablar muy de cerca con quien contribuyó a la grandeza de lo grande y a masificar lo magnífico.
Martha Cooper estaba frente a mí.

En una charla dónde éramos realmente pocos los periodistas pudimos hacernos un festín de preguntas. Una entre tantas fue sí ella era consciente de la importancia de su trabajo fotografiando el grafiti. Es que pensemos un minuto. De no haber quien retrate los tags, bombas, MEGAS y demás, quizá no se hubiera expandido tanto esas pinturas rupestres que la contemporaneidad nos da en la mejor mixtura de aerosol y pared. La señora Cooper vive su asombro a lo que su trabajo fue (y es). Dijo ser consciente de lo que hizo, pero que aun así le sorprende y que no puede saber qué hubiera sido si ella no hubiera retratado tan bien el estallido de las firmas en New York.
Luego de hablar de su trabajo anterior, la situación del grafiti en Latinoamérica (recordando un novio peruano que tuvo), y su trabajo actual (nos enseñó en proyecto sobre cultura urmaba en Latinoamérica en el cual estaba trabajando). La dejamos, todos con una sonrisa.

Buenas Noches Trimarchi nos dio un round II.
Y el primero en moler (me) a golpes musicales fue una de las personas con más vida que conozco, Pato O´connor. Entonces le tiré un par de preguntas.
Cassette: Pato, ¿con qué tema vas a arrancar y por qué?
Pato: La verdad, no sé. Trato de organizarme lo menos posible. De llevarme discos con los que pueda jugar. Creo que al principio voy a poner un disco de música máquina, música disco de España.
Me gusta por ese sentido del humor y golpe techno
Cassette: ¿ La espontaneidad es parte de tu impronta, no ?
Pato: Trabajo mucho con lo espontaneo. Aun así trato de conocer bastante a flor de piel con lo que estoy haciendo.
Y una pregunta más sobre sí podía nombrar diez bandas donde participo. Sorprendentemente pudo. Altos Guachos, Falo Da Merda, Los Soretes y el Rabbit, Domigno, Matumbo, BuquelBuquis, Un duo con Nico Passetti (música chiquita), Praxis, De Frente Manteca (su primer banda) y Los Pelados del Rock and Roll.
Inventar bandas para fiestas, porque la cuestión es hacer música nueva, pequeños recitales dónde se rompe y se vuelve a empezar.
Pato, un viajador por excelencia que trajo sensibilidades distintas recopiladas en distintos destinos. Desde la selva colombiana para sus nuevos pagos en Brasil.
Terminamos la ronda “preguntíl” y subió a su cabina, rodeado de sus amigos.
También nos dijo algo que ya habíamos escuchado. En Trimarchi los caprichos de la idea son cumplidos. Una verdad que amé descubrir.
Dale Duro, Acampante, Mandibool, Army Of Dub y muchísimos más.
El día dos terminó con las palabras “Quiero a todos mis amigos acá”. Y sí ¿Quién no puede querer que todos sus seres queridos, sus “ranchos”, lo pasen genial en el mundo paralelo que se da dentro del festival de diseño más grande en Latinoamérica?”


Tranquilidad y caras cansinas, las últimas charlas. Por mi parte me remití a beber agua y hablar con todos las personas que a una distancia cercana tenía. Magos, diseñadores, madres, músicos, emprendedores, hermanos.
Portugués, castellano, inglés e italiano. Lenguas distintas que tenían el tono de la amistad y que se hicieron entender porque todas transmitían lo mismo. Buena onda y ganas de trspasar cambio e idea.
El último día del TRImarchi, al finalizar los oradores (genial lo de Plenty), cerró la Orquesta Cumbia Grande (todos vestidos con las mejores camisas). Increíble cierre a todo color, visuales en vivo.
Terminó todo, pero en realidad no. Es un descanso creacionista de Octubre a Octubre dónde se espera un nuevo inicio. Como si fuera el anillo de fuego, la espera del TMDG es cíclica, hermosa e infinita.
Recordando siempre que estamos “inmersos en la cultura” para hacer de la misma y vernos desde afuera de la misma, tomar conciencia de nuestros actos (aun de los más increíbles) y que con pasión y constancia (al menos eso capté de Plenty) toda proba-posibilidad es un hecho seguro.
TRImarchi es “el Woodstock del diseño” y dichoso quien pueda ir. Para quienes no puedan, ojalá les llegara un poco del sentir que año a año se vive en lo que es y será, historia pura (por Julián Schenini aka CHARCO, desde Marpli)

