Felix San Martin-Enero (por Candelaria Diaz Gavier – free DL!)

Felix San Martin-EneroFélix San Martín es de esos compositores que arman los rompecabezas con su propia forma. Él mismo interpreta completamente las canciones de “Enero”, su primer disco, cuyas voces, instrumentos y efectos de sonido mezcla en simultáneo a través de la técnica del loop digital. Aunque se escuchan desde el piar de pájaros hasta sus propias palmadas, desde una base en sintetizador hasta el golpeteo acompasado de las maracas, sus canciones parecen nacer de los estados de ánimo de las cuerdas del bajo, la guitarra y la mandolina. La composición es dictada por las cuerdas y acompañadas por sonidos orgánicos, como si vinieran al llamado de la melodía en vez de al capricho de un inventor.
No sería exagerado decir que las canciones que contiene “Enero” hacen de Félix San Martín un hombre-orquesta: muestra su música solo, grabando cada sonido en una pista, en un loop, sobre el que canta versos no menos ajustados a esa melodía que pareciera que encontró en algún lado. Como si en el momento de hacer música solamente hiciera falta callarse y escuchar. Y de hecho, es literalmente así, porque para tocar su música Félix tiene que materialmente escucharse.
El resultado es un disco que no tiene temor. El rompecabezas se ofrece terminado, pero la imagen no estaba impresa de antemano, y cada vez que se ejecutan sus canciones en vivo aparecen sonidos nuevos. Eso hace de “Enero” un disco original, pero también hace de cada canción, cada vez que la interpreta, una singular, tocada por primera y única vez. Los géneros y las influencias están seguramente encarnados en este compositor, pero lo que le llega a quien lo escuche está hecho con una técnica completamente personal. Y aunque a cada quien las notas le pegarán en su propia fibra sensible es posible para cualquiera recibir una canción íntegra, entera, orgánica. La canción viene en su definición más clásica, pero también en su definición más original, porque se hace de nuevo cada vez que se la escucha, porque componer es una forma de construir.
Nada de esto sucedería si la música no fuera comprendida como un modo de la soledad, tanto por las posibilidades de usar la técnica del loop (que no es sólo una forma de montaje, sino un elemento más de la instrumentación), como por la necesidad de alguna manera de estar solo para escucharse a sí mismo y a los instrumentos. Y sin embargo, la música solista que hace Félix en “Enero” es absolutamente permeable al mundo: quiere escuchar y ser escuchada. Recupera así un hecho simple que se puede imaginar como el origen de la música misma.
Y simpleza no es decir sencillez. Como un río que no quiere mar – dice uno de sus temas –, la música siempre fluye, y sus letras también se convocan al vibrar de las cuerdas del mismo modo en que lo hacen los instrumentos. Las palabras no intentan traducir lo indecible. Las palabras también forman y transforman ese fluir que no acabará cuando termine de sonar el disco (por Candelaria Díaz Gavier)

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