A92-Los Visitantes EP (por Matias Gallardo – name your price)
Como ya deberíamos saber, nuestra capacidad de poder entender y desenvolvernos en un mundo tan grande como extraño y hostil es escasa. Es imposible para seres tan fugaces como nosotros poder manejar la inmensidad de todo lo que nos rodea. Sentimos un pánico indescriptible frente aquello que no podemos controlar, que escapa a nuestra previsibilidad y nos pone en situaciones en las que nunca antes estuvimos. Es por este motivo que, casi desde los comienzos mismos de la humanidad, fue esencial para el ser humano la cuestión de separar, diferenciar, marcar límites. Necesitamos trazar líneas imaginarias dentro del mundo desconocido que nos rodea para hacer de él algo más amigable.Como consecuencia de esto, el universo de la música, obviamente, no ha escapado a esta cuestión. Pareciéramos empecinados en querer rotular las melodías a partir de la serie de rasgos característicos que unen y diferencian unas de otras.
De ninguna manera el objetivo de este texto es escarbar en lo profundo de la psique humana para conocer cuál es la raíz de todos nuestros miedos (aunque tal vez sepamos que eso puede resumirse en lo distinto, lo de afuera, lo indescriptible, lo monstruoso). Lo que buscábamos con esta pequeña introducción era dar cuenta de uno de los ejes que atraviesa el EP “Los visitantes” de A92. No queremos decir que el material da miedo o sea monstruoso, a lo que nos referimos es que esta banda originaria de España dedicada al noise pop/rock, como ellos se definen, tiene la particularidad de estar formados por artistas que provienen del mundo del hip-hop. Tipos que se saltan límites, que transgreden lo establecido para darle forma a un proyecto musical cuyo genero les aparece como algo ajeno, un tipo de música en la que ellos mismos no son más que visitantes.
Por un lado tenemos a Fernando Cabrera, responsable Zero Cabrera, un productor y beatmaker sevillano. Y, por el otro, a Curro Morales, un tipo que ha estado detrás de tan numerosos como distintos trabajos musicales. El trío se completa con angelical voz de Elvira Herrería. En este sentido, nunca fue mejor elegido el titulo del EP. Ya desde antes de empezar, al leerlo y ver el arte de tapa, ellos mismos nos previenen avisando que no son de acá, que no pertenecen al mundo de las guitarras urgentes y distorsionadas del punk y que vienen en una balsa a invadir algo que no les es propio, a acabar con la pureza y el orden de los límites (eso que a tantas personas les encanta y que no ha hecho más que dejar afuera toda esa serie de espacios grises de los que el mundo está hecho). Éste es el primer punto a favor del material.
“Los Visitantes EP” está compuesto por cinco canciones muy poderosas en donde la temática del desamor atraviesa por completo. A medida que se suceden los tracks nos damos cuenta que estamos a bordo de un viaje hacia lo profundo de una pena de amor. Cada una de las canciones, de cierta forma, parecieran representar un estadio del proceso de una ruptura.
Los dos primeros temas llegan desde un lugar un poco más luminoso y optimista propio del momento en donde el cadáver de un amor todavía está fresco y uno recuerda entre desinteresado (“Los visitantes”) y feliz (“Ná”). Luego la cosa se va poniendo un poco más fea, los lindos recuerdos de tiempos mejores comienzan a oscurece y alejarse por la sombra de la melancolía en la canción “Regreso al desierto imaginario”. Esto no es nada más que el preludio a “Intermitente” (en mi opinión la mejor de las cinco): “rodeado de serpientes y no me siento los pies, hago una fuerza enorme y no me puedo mover (…) no puedo respirar, aprieto fuerte los dientes, despierto de una vez y ya no estás en frente”. Acá la oscuridad ya lo ha inundado todo, es el momento en donde aquello que alguna vez te hizo feliz ahora se ha vuelto en tu contra y los recuerdos no hacen más que doler. Se hace muy gráfico el estado de soledad y desesperación de quien busca aferrarse a cualquier posibilidad, por mínima que sea: “si tú te tiras de un puente yo me tiro también, si quieres que me vaya no me quedare, si tú lo tienes claro yo lo tengo claro también, pero si se ha acabado ¿qué es lo que puedo hacer?”. Para finalizar llegamos a “Manuel Siurot” (cover de Kumbia Queers). El momento más feo ha pasado (lo que no significa que todo está solucionado), la luz se empieza a ver al final del túnel y esto se traduce en una canción que expresa la sensación agridulce de la perdida con el saber que no todo está perdido.
Sin lugar a dudas las guitarras estruendosas dotadas de mucho cuerpo, con presencia, es lo que inmediatamente queda en el oído luego de las primeras escuchas. Las melodías pegadizas de estribillos abiertos para cantar en voz alta mientras tocas una guitarra de aire (cosa que el autor de este artículo hizo en repetidas ocasiones mientras hacía las escuchas del material) es otro de los elementos que se destacan. La batería, de gran personalidad cuya participación no pasa desapercibida en ningún momento, junto con un bajo a veces latoso a veces opaco cierran la fórmula. Así tenemos todos los componentes que hacen que una banda de punk pueda ser considerada como tal. Sin embargo la cosa no se queda ahí, porque es en esta instancia en donde los límites comienzan a difuminarse. Más allá de las distorsiones se hace presente todo el conocimiento que, tanto Cabrera como Morales, tienen en esto de crear atmósferas a través del sonido. Detrás de las cortinas de las guitarras se perciben los sintetizadores, los teclados y esa hermosa melodía vocal producto de la unión entre la voz masculina y femenina. La presencia de “la facción electrónica” genera interesantísimos momentos de transiciones instrumentales en medio de las canciones que marcan la diferencian y corren a los A92 a un lugar cercano a lo indie, sin poder encasillarlos del todo en ese sitio.
Como conclusión, sale a la vista (o a nuestros oídos) el hecho de saber que los límites están hechos para ser transgredidos. Que la única forma de que algo nuevo aparezca es yendo más allá de lo convencional, porque ¿qué es la creatividad sino la capacidad de hacer algo desconocido a partir de lo conocido? En este sentido creo que los A92 son unos creativos (por Matias Gallardo)