Polandria-Polandria (por Angie Ferrero – name your price)
¿En qué punto se encuentran el desarrollo casi obsesivo de la composición musical en detalle y la poesía de la música? Polandria nos cuenta un poco sobre eso.
Polandria, quintento de Buenos Aires, Argentina, nos acerca su nuevo disco de nombre homónimo, que guarda una complejidad de sonidos y ritmos que se unen en la voz de Nina Pardal.
La banda, integrada por Samanta Casarramona (batería y percusión); Nina Pardal (voz y piano); Ignacio Goya (guitarra eléctrica, bajo, clarinete, saxo alto, viola, sintetizador); Guido Gromadzyn (violín, viola y guitarra eléctrica) y Emmanuel Tomaselli (bajo y piano), se define como “un quintento porteño de canciones indefinibles”.
Grabado por Juanito el Cantor y Tomás Pérez Campione en Estudio Sale la luna, “Polandria” es un disco moneda con dos caras que no se contraponen, se complementan.
Cada canción grabada da un giro inesperado en el que se entrelazan la fuerza, la dulzura, el misterio, las certezas, la oscuridad y la luz.
En un recorrido con vaivenes, múltiples instrumentos musicales que suenan de forma sólida y a veces con la desprolijidad de las entrañas, no pierde sin embargo la armonía perfecta y la fuerza de las letras compuestas por la banda (excepto “La Raíz”, que le dio música a un texto que pertenece a Tao Te Ching de Lao Tse, y “Misil”, con letra de Nicolás Nuñez).
El disco fue grabado con músicos invitados, entre los que se cuentan a Pablo García (cello en “En mi piel”, “Fantasmas”, “El secreto” y “En el centro de mí”); Tomás Pagano (contrabajo en “El secreto”); Paula García (saxo tenor en “Misil”); Cuarteto Céfiro (María Victoria Manes Rossi, flauta; Cecilia Herbert, oboe; Sofía McLean, clarinete; Ignacio Goya, fagot, maderas en “En el centro de mí”).
El fuerte del grupo se encuentra en la relación que existe entre los instrumentos, en vuelos melódicos y cambios temporales que delatan el trabajo de un grupo de músicos preparados en extremo, que interactúan con los otros en un entramado complejo, pero con soltura, con una naturalidad que hace que todo parezca fácil. La música de Polandria es un paralelo a esos laberintos intrincados que no hace falta recorrer porque se ven hermosos desde lejos, que se dejan mirar sin el cansancio del descifrado. Las 11 canciones del disco poseen una carga de imagen y emoción que permite que las contemplemos completos, unificados, con intelecto y corazón.
Polandría es 100% contenido poético, desde el arte de tapa hasta el recorrido de los violines, el piano, la voz de Nina Pardal, lo que dice, y lo que sin palabras transmite (por Angie Ferrero – Fugitiva de la Injusticia del Coronel Desaforado)