Va-Union (por Pablo Villierezz aka Panther Panther – Shika Shika Records – name your price)

Nuevamente los amigos de Shika Shika Records nos lleva de paseo por el mundo, en un registro amplio de lenguajes y estilos de lo que es la world music en los tiempos de post post modernidad.

“Union” es la cuarta recopilación lanzada por el sello Shika Shika, con sede en Berlín. Es una colección que rinde tributo a la naturaleza colectiva, la inspiración que surge de la unión entre amigos y artistas que se alimentan creativamente entre sí.
Esta colección reúne a varios productores pocos conocidos con varios que ya tienen su trecho recorrido, que juntos crean un sonido consistente y particular, evidencia de excelentes técnicas tanto de producción como de composición. Se puede escuchar este disco alternando entre tracks individuales, definiendo preferencias al azar. Sin embargo, escuchar esta obra como un viaje entero de principio a fin es tal vez la mejor opción. El sonido expresado a través de las trece piezas incluidas es completamente coherente, sin llegar a ser repetitivo, y sobre todo cuenta una historia un tanto épica.
La recopilación comienza con “Esmeralda” de Joaquín Cornejo, que cuenta con la participación de Wabi Sabi. Abre con acordes de teclado al estilo de Rhythm & Sound, flotando en un espacio de reverb, atmosférico y oscuro. Una linea de voz se transforma en flauta, mientras que texturas creadas por clicks y otros sonidos encontrados dan una ilusión de lugar, pero la atmósfera es como de ensueño. Solo el bombo mantiene un patrón rígido que guía al oyente a través de este paisaje nocturno. Melodías orgánicas como lluvia sobre madera rompen la tensión de este track.
Sigue Aluna Project con su bella composición “Jurema”, donde hermosas voces, apoyadas por las cuerdas del charango, flotan sobre un ritmo downtempo que invita a rebotar sobre la pista de baile, transportándote a una fiesta en las montañas. Las texturas orgánicas crean un lecho cómodo, especial para dejar atrás las preocupaciones, como agua, las voces gotean llenando el espacio con tonadas dulces y cambios melódicos agradables.
“Mate” de Wanderer es un poderoso track de tambores pesados y un groove de trance brasileño que permanece en una selva global. Sonidos ambientales se mantienen en la periferia, mientras que las percusiones truenan como explosiones de baile. Los grillos se mantienen escondidos aunque presentes, mientras que la línea vocal flota, sobre todo llamando a un vinculo entre lo humano y la tierra.
Islandman nos ofrece “Kum”, una pieza que comienza en el desierto y hace referencia al blues desértico que muchas bandas de África del Norte han popularizado en recientes años. Sin embargo, esta propuesta da inesperadas vueltas casi inmediatamente, al acompañar la línea de guitarra con un sintetizador arpegiado. El ritmo es casi de hip hop, pero las melodías sincopadas dan forma a una historia futurista que más bien tiene sabor a broken beat. La guitarra es líder aquí, pero el bajo, sintes y batería son tocados con gran calidad, creando una hermosa textura musical.
“Todo está vivo en mi” canta La Parsifónica en “Niña Salvaje”, siendo que su tema lírico central alude a una conexión mas intima con el planeta. El bajo se escucha presente y pulsante, cálido a lo largo de la pieza, otorgando gran profundidad a la música. Los ritmos son creados con texturas orgánicas, dando una base exquisita a los demás instrumentos, que en conjunto crean una atmósfera de misterio y ritual.
“Shiri” de Ditti comienza como un latido de corazón, con voces de idiomas ancestrales que susurran al oído mientras aves y campanas graves llenan el ambiente sonoro, inundando el espacio con frecuencias lentas y ondulantes. El bombo mantiene una línea a seguir, mientras que todo alrededor flota. Las percusiones son casi palpables al llegar al oído: son bloques de madera, son papeles revoloteando, son hojas cayendo. Acordes sintéticos se despliegan desde debajo, como nubes de neón, mientras que las voces se mezclan en la niebla.
Una cascada de timbres llueve sobre “Selva Lacandona” de Joaquin Plossou, en el que diminutas campanas, sonajas y aire se despliegan hasta lo más alto, acentuados por bajos sutiles que se mueven como grandes bestias, por cajas de madera que se repiten y flautas cuyos tonos no tienen fin. Es una pieza breve pero majestuosa, como amanecer de verano.
Las percusiones de Kaleema en “Obsidiana”, compuesta en participación de Blocktreat, rompen con la atmósfera del track anterior de forma casi violenta. Pero es como el anunciar de la llegada de algo urgente y necesario. Los ritmos sincopados van llenando el espacio, mientras que instrumentos de cuerda juegan a ser percusión, aunque la melodía es como una historia que brilla como las cuerdas de la mandolina, oud o basouki que se usan aquí, que habitan un mundo sin fronteras y hacen referencia al medio oriente, a la India, o la cultura sudamericana… o al mundo en su totalidad.
En “Sun Dance” de Mamzu y Alizarina, los ritmos nocturnos infectan al oído con un bajo profundo y golpes de percusión que rompen la superficie como gotas en el agua. Pero lo que más eleva esta pieza son los distintos instrumentos de viento que detallan con melancolía este paisaje sonoro, en el que clarinete o sax soprano actúan como guías a travez de la noche en una danza de ritual.
Los sonidos de Kalimba abren “Flocon Bitume” de Psycho Tropiques, mezclados con sutiles texturas de sintetizador y ritmos quebrados, cuerdas acariciadas, y percusiones de insecto. El bajo es fluido y se apoya en el bombo como un latido sanguíneo. Las pulsaciones de sonidos en reversa se mecen con las demás texturas, crujidos repetitivos, diminutas campanas y objetos de vidrio que cantan con pequeñas voces, creando una pared de sonido en evolución constante.
“Sube a Nacer” de Mr Toé & Carla Valenti comienza de forma infecciosa. Su ritmo invita al movimiento inmediatamente, mientras que los instrumentos se añaden poco a poco al paisaje sonoro. Finalmente, estallan los símbolos andinos, las flautas y los acordes liberan la tensión, dando espacio a la poesía de la voz: “no volverás del tiempo subterráneo”. Los sonidos sintéticos y futuristas encuentran su hogar aquí también, ya que mezclados con gran habilidad van creando texturas fuera de este mundo, mientras que los pies se mantienen firmes sobre el lodo, moviéndose a un ritmo ancestral imaginario.
Los amaneceres son convocados con música como “Kaamos” de Tema Raudaskoski. Los brillantes acordes y cuerdas que reflejan la luz sobre el agua, o a un amanecer nublado, se entrelazan con percusiones de textura orgánica, melodías de sintetizador, voces ancestrales y bajos profundos en los que el cuerpo se mueve, mientras que una melódica tímida pero constante lleva el contratiempo. Este es un ritmo de cumbia o reggae lento sin clichés, son susurros y alusiones, sonidos que van cambiando orgánicamente, creando una nube melódica hasta que el charango lo trae todo de vuelta a la tierra.
Este Bonus track, “Zuco 103 – Chuva (Kraut Remix)”, rellena la recopilación con alegría. En esta pieza la producción minimalista es dinámica, mezclando el clásico tresillo con sonidos típicos de las influencias Berlinesas. Tal vez de ahí lo de Kraut, nombre peyorativo que le daban a los alemanes, pero que fue re-apropiado para redefinir el rock con sintetizadores de los 1970s, otorgando una nueva identidad alemana de pos-guerra. Aquí, de rock no queda nada, pero sale triunfante la electrónica orgánica, que se enlaza sin dificultad alguna con las flautas, sonajas y voces de origen desconocido, pero con aire poco occidental, profundo y divertido (por Pablo Villierezz aka Panther Panther)

También te puede interesar…

Suscripción a Newsletter

Por favor desactiva tu AdBlock para navegar en K7BLOG