Frikstailers-Extrasolar (por Andrés Oddone – Nacional Records)
Frkstailers, el que es uno de los grandes proyectos del latin bass / global bass regresa con aires renovados, pero dejando en claro que reconoce su identidad fundamental.
Creo que la frase más contundente, la que deja más en claro que un proyecto se ha vuelto una marca en la historia, es “se parece a XXXX”, tomando a ese grupo como punto de referencia para referirse a la obra de algún nuevo artista. Implica indirectamente que ese proyecto se ha vuelto ineludible, una luz concreta en el tablero de la biblioteca mental de muchos, una que comienza a titilar al poner play en algún grupo similar.
Eso me ha ocurrido, y lo he visto ocurrir al frente mío en otras personas un millón de veces, volviendo casi corpórea la identidad de Frikstailers, proyecto que nació en Argentina, floreció en México, y que hoy encuentra a sus dos integrantes viviendo a costados diferentes del Atlántico.
Eso, el ser el referente de muchos, para nada ha hecho mella en este proyecto que con firmeza continúa un rico proceso creativo, siempre marcado por la experimentación y el juego.
6 años han pasado desde el lanzamiento de “En Son de Paz“, álbum con el cual Frikstailers coronaron la salida de un sin fin de bootlegs y remixes a otros artistas, puñado de piezas que el día de hoy siguen sonando en distintas pistas de baile.
Ese disco tuvo fuerte cobertura de prensa, y más allá de eso, quedó como una inconfundible paleta de colores sonoros de la cual varios artistas han sacando elementos determinados para que se vuelvan parte de sus creaciones.
Lejos de descansar en sus logros y su propio lenguaje (como hacen muchos), Frikstailers sorprende gratamente con “Extrasolar”, su nuevo álbum, uno de los más esperados de este año. Frente a todas las predicciones consiguen lo inusitado: el proyecto de Lisandro Sona y Rafael Caivano sigue teniendo un sentido que le pertenece, un sabor netamente personal colmado de referencias a ritmos del mundo, electro, efectividad laser y pegada pistera. Pero, por el otro lado, no se queda en homenajes autorreferenciales ni repeticiones vanas; todo lo contrario, amplía su propia jugada para sumar elementos actuales, sin por ello perder su centro, sumando frescura sin abandonar lo que le es propio.
De esta manera, “Brinca” (que lleva el Ft del cantante ecuatoriano Mateo Kingman) muestra que se puede abordar el twerk y el trap desde una óptica diferente, sin caer en la formula de librería que es tan habitual escuchar en esos estilos. El track hasta se permite corte y coda con tono galáctico, con una melodía que indefectiblemente conecta con el folclore, pero en una forma indefinida, liberada de espacio y tiempo.
Juguetean con el ADN africano en tracks como “Heridas” (realizado en colaboración con La Yegros) y “Afrotrip”, en los que el house africano y el zouk bass caminan hacia terrenos desconocidos en una imagen extraña y mutante, como la que devuelven esos espejos deformantes de los parques de diversiones, proyectando lo percusivo originario hacia lo futurista.
Otro punto fuerte del disco es “El mito”, colaboración con Andrea Echeverri de Aterciopelados, canción cumbiera marcada por un mensaje de lucha en tono feminista que hace un planteo realmente especial: esta vez la súper héroe femenina también es una vengadora, una afilada defensora que pone en medio su cuerpo punzante para cubrir y proteger a las violentadas del mundo.
Así, el disco va pasando por un inventario por demás heterogéneo de sonoridades y ritmos, pero que igualmente nunca se va de eje, de esa identidad que es clara propiedad de Frikstailers.
En cierto momento “Extrasolar” suma un nuevo modo que seguramente servirá como punto de partida para nuevas producciones en el futuro: la canción que da nombre al álbum va cantada por Lisandro y se sale por un momento del marcial yugo del baile para dar lugar pleno a la poesía y la emoción cancionera, en un modo más que bien logrado.
Por suerte los Frikstailers reinciden en algo que les es bien propio: el amor. Esto se ve en el cierre en “Las Chance”, canción que cuenta con la voz de Marrón que te pone a ensoñar, como para que quedemos con la certeza de que el baile solo sirve realmente si es para que nos encontremos, para que dinamicemos el sentir (por Andrés Oddone)
