Bhután – El país en donde la riqueza se mide en felicidad! (Por Iohanna Küppers)

En la Cordillera del Himalaya, entre India y China, se encuentra Bhután, un pequeño país de 750.000 habitantes. Allí, la riqueza no es medida por las pertenencias que las personas puedan llegar a tener, ¡sino por su felicidad!!! Así como lo ven, en Bhután, en vez de manejar un Producto Bruto Interno (PBI) hablan de Felicidad Nacional Bruta (FNB), la cual es cuantificada por una Comisión Nacional creada por el mismísimo rey Jigme Singye Wangchuck hace algunos años. Para efectuar esta medición, se toman en cuenta datos como: – Bienestar Psicológico. – Salud. – Educación. – Buen Gobierno. – Vitalidad de la comunidad. – Diversidad Ecológica. “Lo que medimos afecta a lo que hacemos. Si nuestros indicadores sólo miden cuánto producimos, nuestras acciones tenderán sólo a producir más. Por eso había que convertir la FIB de una filosofía a un sistema métrico.” (Jigme Singye Wangchuck) Esta filosofía, según explica el lama Mynak Trulku, se basa en dos principios budistas. Uno es que todas las criaturas vivas persiguen la felicidad. El budismo habla de una felicidad individual. El otro es el principio budista del camino intermedio (el equilibrio). A pesar de que las primeras estadísticas basadas en los factores mencionados dieron como resultado que casi un %68 de los habitantes no era feliz, la Comisión Nacional y el Rey comenzaron a pensar nuevas estrategias para disminuir esta cifra. De hecho, según un análisis realizado por el profesor Adrian White de la Universidad de Leicester (Reino Unido) en el año 2006, este pueblo quedó catalogado como el octavo país más feliz del mundo entre los 178 estudiados (luego de Dinamarca, Suiza, Austria, Islandia, Bahamas, Finlandia y Suecia). Y era el único entre los 10 primeros con un PIB per cápita muy bajo (5.312 dólares en 2008). La economía de Bhután se basa principalmente en la agricultura (a la que se dedica el %80 de la población), la energía hidráulica generada por sus ríos (la cual venden a la India) y en el turismo, una industria que nació en los años setenta. En este campo se sigue una política, de “pocos visitantes, pero mucho valor“. El turista debe pagar una tarifa de 220 dólares al día, que incluye alojamiento, comidas, entradas a museos, desplazamientos interiores y la contratación de un guía. En 2007 Bhután fue la segunda economía que más rápido creció en el mundo! Para tener una idea un poco más clara de cómo viven los habitantes de este pequeño país, les paso un par de datos más: – La esperanza de vida promedio es de 61 años. – Existen 20 médicos cada 100.000 personas, según un estudio realizado en el 1990. – Sólo el 58% de la población tiene acceso directo a agua potable. – La educación es gratuita y el inglés se habla en casi todos los rincones del país. El 2 de junio de 1974, en su discurso de coronación, Jigme Singye Wangchuck dijo: “La felicidad interior bruta es mucho más importante que el producto interior bruto“. En ese entonces tenía 18 años y se convertía en el monarca más joven del mundo. Durante su reinado, se planteó modernizar Bhután, logrando varios cambios en el país como la legalización de la televisión e Internet (1999) y, más tarde, de la libertad de prensa. Así mismo, en el año 2007 el país comenzó a tener elecciones, y un año más tarde Bhután se convirtió en la democracia más joven del mundo. Éste caso les puede parecer dulce y naïf. Pero ya se comenzó a tener en cuenta esta filosofía en varios países occidentales. Por ejemplo, en febrero de 2008, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, creó la Comisión Internacional para la Medición del Desempeño Económico y el Progreso Social. (Vía Revista Mistura)

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