Valentina Conde y la Voluntad-Dissertatio ad Cumbiologiae Theologicum (por Santiago Nahuel – name your price)

La magia de la cumbia amazónica se topa con el frenesí citadino de Ciudad de México en una obra mutante, inusual, potente.

“Dissertatio ad Cumbiologiae Theologicum” es el título del nuevo EP de Valentina Conde y la Voluntad, con un título que promete (¡y cumple!) una exposición sobre una de las religiones que más nos hermanan en Latinoamérica, porque estamos hablando de la Sagrada Cumbia.
Atendiendo al concepto y la estructura de una disertación, que es organizada generalmente en tres partes (introducción, desarrollo y conclusión), el EP no deja detalles al azar y nos ofrece también tres tracks sentidos y contundentes: “Diabolus in Música”, “Morir por amor” y “Dios no pasó por aquí”.
Este nuevo material, el tercero en cinco años, lanzado después de “¡Cumbia o Muerte!” y “Vulgar display of cumbia”, profundiza en una sonoridad que nos lleva por los caminos de la cumbia amazónica, que desde que irrumpió en los años ´70 desde el Perú, sigue aún hoy cosechando exponentes a lo largo y ancho de un continente que siempre aporta frescura. En este caso, ha sido el CDMX mestizo el lugar elegido por el destino para que este grupo conformado por mexicanos e inmigrantes sudamericanos hagan fuerza de la unión y hayan levantado su trinchera con la cumbia como bandera.
Valentina Conde y La Voluntad hace base en el sonido de la chicha psicodélica, estilo que nació a mediados de los 70`as en Perú fusionando el huayno, el rock psicodélico (especialmente el GEN The Beatles) y la cumbia guarachera de las costas peruanas; lo que no quita que inicien su disertación montándose al galope de percusiones caribeñas propias del merengue y aplicando distorsiones y riffs con vuelo rockero, para invitarnos a dejarnos poseer por ese “Diabolus in Música” que abre el disco.
Lo que sigue es “Morir por amor”, una canción urgente y necesaria que suma su voz para que tomemos conciencia y aportar a la lucha de las mujeres que avanzan contra el patriarcado. Una cumbia lenta pero firme, como cada paso de ese gran movimiento, porque la revolución también se hace bailando.
El final, o conclusión para no perder la línea, llega de la mano del más certero que profético “Dios no pasó por aquí”, donde todo pareciera transformarse en una misa pagana, con tambores, guitarras y teclados psicodélicos entre voces y sermones que nos advierten de la ausencia de quien no pasó por aquí, “pero es seguro que almuerza en la mesa del patrón”. La sensación entonces es de un final abierto, en el que si bien no sabemos si esta disertación intentaba responder a alguna pregunta o planteo previo, sí quedó claro que las respuestas deben hallarse bailando (por Santiago Nahuelhttps://www.instagram.com/santi.xan)

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