Benito Malacalza-Cuises y liebres y pájaros (por Ricardo Cabral – name your price)

Un puente excepcional entre el folclore, el rock y la electrónica, con grandes dosis de personalidad.

Benito Malacalza tiende un puente excepcional entre folclore, rock y electrónica con un puñado de discos auto gestionados. Fue integrante de Fanfarrón por 10 años junto a Fabio Rey de Los Brujos, y desde hace tiempo solo bien se lame. Aquí una pasadita por “Cuises y liebres y pájaros”.
“Nací en Carmen de Areco, Provincia de Buenos Aires, Pampa Húmeda, corazón de la patria sojera. Si no es el corazón, es la molleja. Cuises y liebres y pájaros es una frase tomada de un cuento de Haroldo Conti que se llama “Las doce a Bragado”, sintetiza Benito. El seminarista, maestro de escuela, padre de familia y magnánimo escritor que engrosa la lista de desaparecidos durante la última dictadura militar era de Chacabuco, Partido aledaño a Carmen de Areco. Y la Pampa Húmeda, es el territorio de donde provienen José Larralde, Víctor Velázquez y Atahualpa Yupanqui. Malacalza vivió luego en Ciudad de Buenos Aires donde mamó arte sonoro y punk, regresó al pago chico y más tarde se entregó al camino. Su residencia reciente fue Cochabamba, Bolivia, donde gestó el flamante “La suite boliguaya”.
Este bicho trashumante convidó en la ensalada de su último álbum a amigos y colegas, “gentes que admira”, de entornos disímiles, y sin embargo tan a tono con su repertorio. Ahí están algunos nombres que resuenan en la escena argentina como el ex Arbol Edu Schmidt; Juanchi de Los Reyes Del Falsete y corista de Litto Nebbia; la mitad de Klauss, Ernesto Romeo; la primera bajista de Pez, Iris Auteri; la folclorista hiphopera Anahí Arias y Manu Schaller del Sexteto Irreal. También acaba de publicar un nuevo viejo disco: “7“, donde se las arregla solo y reúne retazos freaks, telúricos y cósmicos. Es difícil seguirle el paso a este bonaerense de 52 años que parece de 40, de cante hondo más que jondo, y que en breve arremete con un libro de poesía y más adelante, con un disco para grandes y chicos.
“Cuises…” cuenta también con edición física casera, un CDR serigrafiado, con el tracklist copiado en birome. Al margen, vamos más atrás: “Antes de Fanfarrón tuve tres bandas. Una es Revolución Paraíso, de cuando salí de la colimba (servicio militar) y tenía 19 años. Viví en Capital un tiempo y como en el 90 volví al sur, a laburar al almacén de mi viejo,, donde conocí a los Pirata Industrial”. Y de un tirón Benito agrega pa’ mensurar la biografía y el origen del álbum: “Después toqué varios años en una que se llamó Cavernaria. Y lo groso es que el disco Cuises y liebres y pájaros me salió por un amigo que se suicidó hace poco. Con él toqué en estas dos últimas bandas. Se llamaba Diego Angione, “Macu”, y fue el nexo de grupos como El Otro Yo, Los Brujos, Babasónicos”.
En el cancionero de Malacalza la naturaleza no solo se ha percibido con el tacto, el oído y el olfato, es decir, a través de los sentidos. Se ha vivido en todas sus dimensiones, comulgado con el espíritu. Es la voz de quien conoce palmo a palmo el paisaje, como las sagradas imágenes que nos obsequian la narrativa de Héctor Tizón y los versos de Juan L. Ortiz y Jorge Leónidas Escudero. Ha conversado con sus animales, bebido el agua del río y el tinto que apenas paladeado va a parar a la tierra, una ofrenda a La Pacha, madre protectora, madre divina. Y esa voz no estará sola jamás. Es un lugar común decir que desde el dolor han nacido las obras más intensas y descarnadas, aunque no siempre es corriente que el resultado sea vivificante.
La pasadita posta por “Cuises y liebres y pájaros” en la voz de Benito:
1 – Camión negro:
Asadito en la banquina que el Gauchito Gil me cuida / churrasquito y vino tinto por la patrona y mis hijos brindo /  (un traguito para la Pacha)
“Dos hermanos de mi papá eran camioneros y me gusta darle un sentido místico al caballero de la ruta. Ahora está Moyano* y todos se piensan que los camioneros son una mierda. Pero yo me crié de chico creyendo que eran los caballeros del camino”.
*(Sindicalista, ex referente de la Confederación General del Trabajo)
2 – Blues huaino chacarera:
Ciego e’ sol / voy trepando por los techos / recordando poetas muertos / entre palabras de amor
“Me parece bueno desarmar esa cosa facha de que “la canción tiene que tener una estructura” y como que todo tiene que tener “de qué género es”. Esto es como un Frankestein, la pulsión que te lleva a hacer cosas y que si están mal hechas, no pasa nada”.
3 – Dos perros guachos:
Cerca de la rotonda cuando los chicos ya se han dormido / dejan a los dos perros medio atados / medio a la sombra de un árbol perdido
“Es una milonga, por eso tiene espíritu de Pampa Húmeda. La idea es homenajear a los trovadores, folcloristas autónomos, decidores, copleros. Rescatar esa tradición trashumante de músicos de los caminos. Esa soledad, de la ruta, de andar”.
4 – Guía:
Ya no hay abismo y tristeza en mi corazón ya no los hay / todos de algún silencio podremos volver a florecer
“Hay una idealización después de la muerte de Diego. La “Guía” es la muerte, porque la muerte te endereza. A vos se te muere alguien cercano y te das cuenta que estás vivo. O te morís con él o saltas para arriba ‘vamos, vamos con todo’”.
5 – Bueyes mansos:
Te mandé los cielos que bajan sobre tu alma / inundando todo un sueño que se escapa / algas y mimbres danzaban en el agua
“Es la balada psicodélica del disco, ¿no? Está inspirado un poco en Los vagabundos del dharma, una versión libre, y cierra con eso. Hay una búsqueda de los bueyes en una playa, y estábamos en la mierda de los bueyes a ver si encontrábamos unos honguitos”.
6 – Fluidos dos:
Amor, si es tan importante volver / haré el tiempo retroceder / pero no hay garantías
“Es una canción de corazones rotos. Así como me gusta el Larralde de protesta, me parece que es un altísimo compositor de canciones de amor. Hay que ser corajudo para meterse con el amor, si no quedás como un boludo. Me gusta tirarme a la pileta sin mirar si hay agua”.
7 – Payadores:
No me complace terminar el viaje / sin antes primero decirlo muy bien / somos forajidos de amor encendidos / llenando palabras hasta el amanecer
“Estoy convencido de que el folclore es super rock y no sé si hago folclore. Me gusta sacarle esa pátina que tiene de grasa y de pardo, que como es de provinciano, dice que no tiene onda el folclore. Y es lo que es el payador: el payador también es un profeta”.
8 – Puerto deseado:
Tan lejos de casa tan perdido / tan innecesario entrenamiento / vamos caminando hasta la playa / alejándonos del regimiento
“Yo hice la colimba en el Puerto Deseado y en la ría del puerto, cruzando el río, cuenta la leyenda que hay un gran cementerio con huesos de ballena. Cada tanto nos íbamos a la playa y nos fumábamos uno, entre gaviotas, centollas y tiburones”.
9 – Fluidos:
Fluidos que son retenidos / evaporamos lo que construimos
“Es la canción tecno del disco, un golpe de energía. Porque el disco tiene algo de sacro, de triste. También tiene un mantra, termina siendo como una vidala, una baguala electrónica. Y bueno, había que darle un final poderoso, ¿no?”
(Por Ricardo Cabral. Fotos de Leo Vaca)

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